Mi primer gatito

13.05.2019

Hay muchas cosas que debemos tener en cuenta antes de adoptar a un gatito, y más aún si nunca hemos convivido con uno. Lo primero que debemos comprender es que estamos ante un gato: no es un perro pequeño, ni es un juguete, y hay que entenderle y tratarle como tal.

Como todo animal de compañía, requiere mucha atención, cuidados y mantenimiento, lo cual implica tiempo (para alimentarlo, llevarle al veterinario, peinarle, jugar con él, etc.), por lo que todos los miembros de la familia deben estar de acuerdo en su adopción para que sea considerado, realmente, uno más en casa.

Si se trata de un gatito disfrutaremos de esta etapa maravillosa de su vida pero tendremos ante nosotros la responsabilidad de su educación, algo muy importante para nuestra convivencia futura, y su salud.


Sin embargo, adoptar a un gato adulto, a pesar de perdernos esos divertidos primeros meses de su vida, también tiene sus ventajas, ya que no son tan inquietos como los pequeños y suelen venir con las cosas básicas aprendida, si han convivido en casa con otro propietario, aunque también tendremos que educarle a las costumbres de su nuevo hogar. Por otra parte: ¡muchos de ellos también necesitan una oportunidad para que les vuelvan a querer!.

PREPARANDO LA LLEGADA

Antes de traer el gatito a casa, debemos adquirir ciertas cosas básicas:

Una caja para que haga sus necesidades: Hay múltiples modelos de cajas; grandes, medianas, abiertas, cubiertas, etc. Lo ideal es que sea lo suficientemente grande como para que entre cómodamente. Las cajas que son cerradas tienen una puerta por la que entra el gato, evitan que se salga la arena de la caja y controlan más los olores, aunque el gato tiene que acostumbrarse a la puerta, no todos la aceptan.

Arena absorbentes: En el mercado hay varios tipos de arenas para gatos. Las mejores suelen ser las aglomerantes, a base de bentonita, que forma terrones o concreciones compactas cuando se moja, de forma que las deyecciones líquidas pueden ser retiradas cómodamente a diario con una paleta, manteniéndose siempre el resto de la arena limpia.

Rascador: Es un elemento básico para un gato. Si se le educa desde pequeño, será su lugar preferido para afilarse las uñas y le mantendrá alejado de nuestros sofás, disfrutando todos de una convivencia más feliz.

Juguetes: Hay multitud de modelos de juguetes para gatos, desde los simples ratones o muñecos hasta los más sofisticados plumeros o cañas. Debemos saber que nunca utilizaremos nuestras manos para jugar con un gato, ya que éste debe aprender que las manos son para acariciar y no para jugar. con lo que evitaremos que una conducta que nos puede resultar graciosa cuando son pequeños (cariñosos mordisquitos) se convierta en un verdadero problema cuando son adultos, y muerdan o arañen sin medida con sus dientes y uñas de gato adulto.

Peine: Cepillar a nuestro gato no siempre es fácil. Hay que acostumbrarles desde pequeños a que es un momento de placer, tanto para nosotros como para él, en ningún caso debe ser una lucha. Hay que cepillar el pelaje a contrapelo y con suavidad para eliminar los pelos muertos. En los gatos de pelo corto, cepillarles una vez a la semana es suficiente, pero en los de pelo largo o semilargo, la frecuencia debe ser mayor, incluso a diario en época de muda.

Alimento: La alimentación de nuestro gato es fundamental. Hay que tener en cuenta que un gato no debe comer el mismo alimento durante toda su vida. Hay que tener en cuenta que siempre compensa proporcionar a nuestro gato un producto de gama alta, que se puede comprar fácilmente en tiendas especializadas o en nuestro veterinario habitual.

Un comedero: Los gatos prefieren los comederos de porcelana o de cristal a los de plástico, porque los segundos se pueden impregnar de olores, algo que detesta cualquier gato. Si el gato no tiene sobrepeso lo más conveniente es dejarle el alimento a su libre disposición, ya que él sabrá autorregular su ingesta a lo largo del día.

Uno o varios bebederos: Al igual que ocurre con el comedero, al gato no le gustan los recipientes de plástico. Es recomendable poner, al menos, dos bebederos en distintas partes de la casa, para evitar que nunca le falte el agua, algo fundamental para su supervivencia.

Cama: Aunque, a diferencia del perro, nuestro gato no utilizará esa bonita cama que compremos para él, ningún propietario se resiste a hacerse con este bonito complemento, por si algún día quiere hacernos felices y echarse una siesta en ella, dejando, por un momento, su sofá, su (nuestra) cama, el armario o ese sitio inverosímil donde acostumbra a dormir.

Trasportín: Un elemento imprescindible que se utiliza para trasladar al gato cuando tenemos que salir de casa con él, ir de vacaciones o llevarle al veterinario. Nuestra recomendación es que sean rígidos y bien ventilados, y de un tamaño adaptado a la talla del gato.

Una vez que tengamos preparado el equipamiento básico y que conozcamos las pautas a seguir para conseguir un gato bien educado, sólo nos queda dar la bienvenida a nuestro nuevo amigo, que será un compañero incondicional durante toda su vida.